domingo, 26 de febrero de 2012

Y sí, me considero una drogadicta.

El infinito, ¿qué es el infinito? Según se dice por ahí es el número inalcanzable al que nadie puede llegar, una cantidad sin límite o sin final…
   Nosotras, desde pequeñitas, soñamos ser princesas que buscan a un príncipe azul, mientras ellos buscan una Cenicienta que encaje en su zapato, ¿pero qué pasa cuando crecemos? Que aprendemos a  decir te quiero, pero no somos capaz de escuchar un yo a ti no, y entregamos el corazón mil veces y nos lo rompen otras mil; nunca podemos decir me rindo, pero es lo primero que hacemos; y es ahí cuando nos damos cuenta de que nos hemos convertido en auténticos yonquis, con la misma dependencia que los drogadictos necesitan cada día su droga. Y sí, puede parecer que ahora mismo estamos de pie, pero nuestras rodillas seguirán temblando cada vez que sepamos que esa persona a la que llevamos esperando tanto tiempo va a aparecer por la esquina, porque vivimos de impulsos recién salidos del corazón. Somos lo más parecido a un drogadicto que nunca dejaría su droga, por nada del mundo, porque todos necesitamos algo, todos necesitamos amar, encontrar algo o alguien que sea todo lo que necesitamos; una energía, un motor, una vitamina; esa persona por la que darías tu vida sin pensártelo ni siquiera una vez; un amor que no es mas que una droga...
     Entonces, ¿hasta qué punto son capaces de amar las personas? Yo creo que eso es a lo que realmente llamamos infinito.

Y para ti, ¿qué es la vida?


 Me gustaría saber quién fue el que eligió lo que estaba bien y lo que estaba mal. Creo en que después de una puerta, siempre habrá otra, que si esta es mala, habrá una buena, o que, al fin y al cabo, acabaremos encontrando la puerta más indicada para cada momento. No elegimos lo que queremos ser ni lo que queremos sentir. Yo me conformo con lo que tengo, y que si algo viene así, es porque tiene que venir. La vida nos pone a prueba, supongo que todo es cuestión de superarse, y yo lo estoy haciendo día a día, o por lo menos lo intento. Todo el mundo dice que los jóvenes de hoy no valemos para nada, pero, ¿sabéis por qué? , pues porque nos enseñasteis a caminar, pero no a levantarnos de las caídas; nos enseñasteis a hablar, pero no a rectificar nuestros errores, y también nos  enseñasteis a respetar a las personas y valorarlas, pero no nos dijisteis que muchas de ellas no lo merecen…, y aunque parezca increíble nos suele impresionar lo más común, porque a veces, en la sencillez se encuentra lo más bonito. Al ir creciendo te das cuenta de que a la vida o le plantas cara o te come, vosotros nos enseñasteis lo bonito que es el mundo, hasta que creces.
     Aun así no me doy  por vencida, solo has perdido si tú crees que lo has hecho, ¿no crees? La vida es arriesgarse y cometer errores, aprender de ellos y volverlos a cometer. Es aprovechar cada oportunidad, porque, ¿quién te dice que se te volverá a presentar? La vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volver a levantarse, y volver a caer y tratar de volver a levantarse; ni te imaginas las bocas que llegan a traicionarte cuantas más preguntas hagas. Llegará el día en el que te des cuenta de que la vida está para reírte de ella, y no con ella. Que si te caes, solo tienes que intentar levantarte, porque es la única manera de conseguirlo. No dejar de hacer locuras. Jugar con fuego y quemarte. La vida es saber pedir perdón cuando has hecho daño; alguien dijo alguna vez, que nuestras huellas dactilares no se borran de las vidas que tocamos, y que si hacemos daño, debemos disculparnos. Y con todo,  la vida está para vivirla.  Y al final te acabas dando cuenta de que el tiempo corre demasiado deprisa, y lo único que no te va a gustar de la vida es que te va a parecer demasiado corta.
    Pues nada más que decir, para mí así es la vida; y para ti, ¿qué es la vida?

sábado, 25 de febrero de 2012

Mamá.

Y es que todo lo que hago siempre ellos lo apoyaron, por que si, por que me vieron feliz; y aunque he sido un poco malo, y han estado y yo no he estado, hoy les digo que me tienen aquí.


Hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos.

Podría haberme fijado en cualquier otro, sin más. Pero sin saber porqué solo fuiste tú, siempre lo has sido. Incluso la primera vez que te vi noté algo. Pero es que tú eres especial, lo fuiste desde el primer momento. Siempre has sido tú, desde el primer instante. Y es que me da igual, no sabes lo que es ver tu cara cuando estoy mal, observar tu sonrisa en un día malo. Que fuiste tú desde la primera mirada, desde aquella sonrisa. Y a pesar de todo, algunas veces he intentado olvidar todo, olvidar todas las pequeñas cosas que me recuerdan a ti. Pero es imposible, olvidar esa sonrisa. Me gusta sentirme así por ti, por una simple mirada, una sonrisa. Porque gracias a ti has hecho que sonría muchas veces, demasiadas. Has sabido sacarme miles de sonrisas. No sé bien como agradecerte todo lo que has hecho por mí. Estoy segura que el haberte conocido ha sido lo mejor que me ha podido pasar. Porque cuando estoy mal tú eres quien me escucha. Cuando no estoy de buen humor tú eres quien me hace respirar hondo y ver las cosas de otra manera. Porque me entiendes aunque no te diga nada, sabes lo que pienso en cada momento y sé que a veces puedo ser la más payasa; aun así haces que me dé la tontería un lunes por la mañana y que me ría sin saber porqué. Me has hecho sentir tantas cosas. Y sé que a veces me pongo pesada, que no soy una persona que demuestra sus sentimientos y que cuando me levanto de mala leche nadie me la quita. Que alomejor no te he podido ayudar siempre en todo, pero también espero que sepas que te quiero. Y que cuando he tenido un día malo, has sabido hacerme sentir bien, solo con tu presencia. Porque te puedo asegurar que eres único, o al menos para mí. Hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos.
A lo largo de tu vida pasaran miles de personas por tu lado, y resulta increíble que de esas miles de personas pocas sean realmente importantes. Dicen que para contar los amigos de verdad a veces sobran los dedos de una mano, pero corazones solo hay uno y pocas personas logran ocuparlo. Todo lo que llevo pasando contigo a lo largo de toda mi vida, porque prácticamente llevamos juntas toda ella, es demasiado grande para guardarlo en un solo corazón, así que he decidido que todos los momentos y los recuerdos que tenemos juntas lo guardaré en un sitio aparte. He creado otro corazón solo para ti pequeña, y aunque sea el mejor del mundo, es todo para ti. Yo no puedo ofrecerte nada más que un montón de años como estos, o incluso un poco mejores, y espero que el resto de mi vida la pueda seguir compartiendo contigo.
A veces es mejor poner tierra de por medio y dejar que corra el aire. Aunque solo sea por volver a sentir esa sensación maravillosa de querer acortar milímetros a toda costa y devorarnos. A veces es necesario aunque duela un poco, dejar de compartir el oxígeno para respirar por nuestra cuenta, llenarnos los pulmones y echarnos de menos; mirarnos tranquilos y quietos, cada uno desde su trozo de mundo hasta que la magia vuelva para salvarnos, aunque ya sabes que la magia sigue ahí, no se ha ido; solo que a veces le gusta jodernos un poquito.
Te has pasado toda tu vida mirando al cielo, y no eres capaz de ver lo que tienes a tus pies. Todo el mundo te hará daño de alguna manera. La cuestión es saber por quien vale la pena sufrir. Es lo que hacemos todos, nos lanzamos, y esperamos poder volar, porque si no es así, caeremos como piedras. Y durante la caída nos preguntamos ¿se puede saber por qué coño he saltado? Y nos quedamos sin saber la respuesta. Pero bueno, aquí estoy, cayendo, y sólo hay una persona que puede hacerme creer que vuelo, y eres tú.
Es difícil cuando tu mente te dice "renuncia" y la esperanza susurra "Un intento más". Crees saber todo de todos, crees dirigir el mundo entero, y no, no puedes. ¿Sabes? Me gusta la gente capaz de comprender, que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello; aquello que no puede salir del corazón. Nadie me había dicho que las cosas no eran así, que si nada buscas, nada viene, y que todo depende de ti. Y lo nuestro es algo frecuente, como un “suma y sigue”, como un “muérdeme porque hoy tengo mono de ti”. Nada se hace sin que antes se imagine, así que imagina que no hay cosa más bonita que despertar y verte con los ojos a medio abrir. Y, ¿he dicho que lo nuestro es algo frecuente? Sí; tan frecuente como extraño, porque si no puede hacerte daño, tampoco te hará feliz.


Y es que para mi lo mejor de la vida es pasarla a tu lado, ya que mi lugar favorito del mundo es aquí, contigo, rodeado de toda esta panda de gilipollas que no se   pueden ni imaginar lo mucho que  te quiero; te quiero un, dos, tres segundos... y siempre. (L)